miércoles, 30 de diciembre de 2015

Balance 2015 (avance parte de mi proyecto).

Despido este año con 281 kilómetros sobre dos ruedas a mis espaldas (o al menos eso dice el Endomondo y Strava), con muchas calorías quemadas de muchas formas, con 10 kilos menos que el 31 de diciembre del 2014.
Lo despido, seguramente, con algunos decibelios menos. Con noches en vela sin necesidad, con preocupaciones que me hicieron sufrir solo por "lo que podría pasar si..." y con aún más secretos que guardar.
Este 2015 se lleva consigo muchas horas en hospitales, muchas pegatinas blancas, amarillas y naranjas que nunca cambian de color la cara de la persona en cama... Se lleva miles de lágrimas estampadas en pañuelos de usar y tirar, de los que acarician tu cara cuando no hay consuelo. Se lleva llanto descontrolado por personas que nunca van a volver a abrazarte y a decirte: "todo va a ir bien, ya lo verás...". Pero también se lleva gente que estoy segura que va a volver en este año 2016, y también se lleva gente que jamás volvería a poner en mi vida, aunque el destino se encargue de ello cada día.
Se escapan volando estos 365 días con caricias repartidas por cada cuerpo, con besos que han sido despedidas, con espejos empañados y "S y S" borrados, con acordes inventados sin sentido, con sumas que en realidad eran restas. Con divisiones donde queda resto.

Pero también despido este año con más canas, con diferentes puntos de vista, con los mismos tatuajes pero nuevos proyectos, con alguna que otra cicatriz que ya dejo de sangrar, pero hay otros puntos que siguen por cerrar.
Este año dice adios de una manera muy dulce, porque ha llegado gente que ha sido importante, y estarán en el 2016 (y espero que muchos años más, pero eso aun no lo podemos saber), porque ha habido conciertos que han sido el comienzo de algo grande, porque ha traído muy buenas noticias, porque he sido feliz en la mayoría de los días.
También se pira este año con muchas horas de estudio que han dado por fruto las semillas de lo que un día conseguiré, de mi sueño. Horas de trabajo, dedicación, esfuerzo. Pero eso siempre suma.

En general, en este 2015 ha habido música, viajes, personas, abrazos, lágrimas, playa, 4 roses, manos entrelazadas, risas en compañía, y felicidad.

Espero que en el 2016 no falte nada de esto último.


DmN.

martes, 22 de diciembre de 2015

Donde el timón decida (Getafe).

El 21 de abril de 2012 me escribieron esta carta, y me ha emocionado releerla.
Gracias por hacer que cada palabra tenga sentido.

"Si mi cuerpo comienza a temblar con tan sólo pensarte - ¿qué significado tendrá?- es lo que resuena dentro de mí.
Mirarte para mí es divagar en una marea de matices "ambrosiados". Poder saborear la dulce miel de cada posición de labios que tienes al hablar, el poder navegar por esos dos grandes mundos que comienza cuando miro tus ojos. Y el hecho de ver tu luz con una sonrisa.
Los besos, ésos que hacen que surjan mis nervios y parezca una quinceañera con la sensación en el estómago. Por los cuales el tiempo se detiene, haciendo que luego las cosas vayan más deprisa.
Y cuando tus labios tocan por fin los míos... es como comer del fruto prohibido, como el elemento más sublime y embriagador. Como el primer trago de agua cuando estas exhausto; fresco, jugoso...
¿Que si quiero más?...
Quiero besarte, saborearte, acariciarte, susurrarte... tan sólo una vez, sin necesidad de demostrarnos nada. Tan sólo una vez, déjame navegar sin rumbo y echar el ancla donde me pidas."

M.U.M.