Que no debió ser bueno pasar cada noche que volvías cansada del trabajo debajo de su ventana, solo por si estaba en casa, solo por si una estrella fugaz os concedía el mismo deseo.
Que hicieras de vuestro banco un templo, y desde que dejó de respirar vas a rezarle cada día.
DmN.
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Acariciame el alma...