Estaba enamorada. Nos queríamos... ¡vaya que si nos queríamos!
Recuerdo que una de las muchas tardes que nos sentábamos en cualquier banco de la ciudad esperando a que algo nuevo sucediese, me pusiste en tu móvil una canción. No le presté atención, porque ya sabes como soy.
Desde ese momento, dejabas de llamarme Sara para llamarme Viernes, y yo no entendía nada. Hasta que un día, vuelves a ponerme la canción, y entonces mi pequeño puzzle cuadra.
Pasamos de todo y pasamos nada.
Dejamos de violarnos las miradas, de tener en nuestra cabeza la idea de ser "algo más".
Dejamos de existir y entonces a mi solo me quedaba "vodka y caramelos".
Anoche pude ver al culpable de que cada día que estuve a tu lado deseara que me llamaras Viernes.
Anoche, después de todo lo que habíamos pasado, te llamé. Y supiste que era yo, porque sonaba nuestra canción.
Anoche Pablo consiguió que cada acorde me emocionase, que quisiera llorar de pena y lo hice de alegría. Consiguió pararse dos minutos para hacerle un guiño a esta historia que ni tan siquiera conocía.
Gracias Pablo, por tu sencillez, por tu voz, por tus canciones, por tus historias. Seguro que nos volvemos a ver pronto. ^^
DmN.
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ResponderEliminarCreo que no hay mejor recuerdo que aquellos que viajan de la mano de alguna canción.
Muy triste, pero a la vez precioso.