Y aún recuerdo ese placer de despedir la madrugada con besos en la boca y esa complicidad en casa secreto confesado.
Tenemos la suficiente ilusión para ser mas que amigos y la paciencia de cada llamada no respondida. Te veo, y te reconozco. Y ni la mitad de las personas que nos conocen imaginarían jamás lo que tu y yo hemos pasado. Una cena. Una pregunta. ¿ Seguimos con esto de acariciarnos los rincones de cada cuerpo ?
Siempre recordaré ese cigarro mientras las farolas que iluminan el centro de Madrid nos regalaba la mejor vista desde tu azotea en plena noche. Y yo descalza.
DmN.
Me encanta fumar descalzo, con los pies en la arena o en la hierba
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