Nuestra historia comenzó hace ya unos 8 años.
Tiraste una piedra a mi ventana como el que entra en tu vida interrumpiendo una buena cena.
Ni sabía quien eras, ni quería saberlo.
Y allí te colaste, y sin presentaciones, me robaste meses de vida.
No debía pensarte, pero cada noche dormía contigo.
Es duro recordarte, ojalá no existieras.
Y aquí estoy, rescatando las palabras de un baúl (porque ella no habla), para ni quedarme con mucho ni poco, para no quedarme con nada.
Y rescatadas, las junto todas entre folios arrugados, para prenderles fuego.
Nunca debiste llamar. Con lo difícil que es llegar a un noveno tirando piedras.
Estoy bien. Seguramente sigas queriendo persuadir a cientos de personas solitarias que buscan su lugar.
Yo encontré el mio. Encontré mi motivación, mi fuerza.
Te puedes largar bien lejos.
Hasta nunca.
DmN.
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Acariciame el alma...