Han pasado tantas cosas que no sabría ni por dónde empezar. Eres esa luz de esperanza al final del túnel, un trago de agua en el desierto, la nota perfecta en la mejor canción o el mejor momento en el coche de vuelta de un concierto.
Conciertos, noches de cachimba, canciones, acordes sin letra, vídeos en lugares maravillosos... Playa, piscina, spa... Películas en el coche, en casa, en el cine.
Llegaste como si nada, una noche de botellón nos encontramos celebrando tu ascenso. Y al día siguiente, confesando lo borrachos que seguíamos.
Es impresionante cómo has cambiado el mundo que me rodea en unos meses, pero lo que me alegro de ello.
De todo, me quedo con los pequeños detalles, cada bobada que me hace sentir realmente afortunada por estar a tu lado. Como el beso en la mejilla en el castillo de Cullera mientras escribía gilipolleces en mi libreta de Estambul :)
Te quiero, amigo. Y mucho.
Felicidades.
DmN.
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Acariciame el alma...