Es la ausencia de esa misma razón por la que la gente vuela kilometros y paraliza el mundo en un beso, por la que escribo esto con lágrimas en los ojos. Esa gente que recoge margaritas y les quita pétalos. Compran rosas. Escriben poemas. Prometen huidas.
En realidad, no envidio cuando una persona me comenta que lleva 3 años de relación con su pareja, ni cuando se van a vivir juntos, o cuando han sido padres. Lo único que envidio es dedicarle a una persona todo lo que siento, todo lo que soy, y que pueda recibir las gracias en un cheque regalo que pueda canjear los días de lluvia y frío. Lo "único" que envidio es poder gritarle al cielo que soy feliz con su presencia y no mentirle.
DmN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Acariciame el alma...