- Aprendí a discernir lo que merece algún llanto eventual en día de nubes grises y lo que no se justifica por nada del mundo.
- Como el pescado sin protestar en casa. Lo tengo asumido.
- Cada mañana me tomo un vaso de leche, o en su defecto, café con leche.
- Ya no lloro cuando mi cama está fría como un tempano sin ti.
- Dos veces por semana saco la cámara de fotos de casa.
- Me valoro mucho más.
- Escucho siempre antes de hablar.
- Deseo tantas cosas que no sé por dónde empezar...
DmN.
Que bonito. Si ni se nota si es de día o de noche.
ResponderEliminarAy madre mía el pescado....