domingo, 2 de marzo de 2014

Una triste tarde de domingo.

Es cierto que te dije que no pasaría, pero ya sabes que todos tenemos nuestro punto de flaqueza, y no siempre podemos estar radiantes.
Llora, llora porque cada recuerdo va a tener un poquito menos de ti, y más de los demás. Porque sigues estando, siempre que cierre los ojos y te vea, o suene tu voz en mi cabeza. Pero no te puedes hacer una idea de lo duro que es saber que hay tantos momento que nunca más ocurrirán.
Duele. Y duele siempre. Duele cuando sabes que, después de casi 3 años, tus primos siguen enviándole un beso al cielo cada noche, desde que la estrella brilla con mas fuerza en el cielo. Cuando de repente, te llaman de una residencia preguntado por él. Cuando, tan tranquila, suena en la radio una canción tan triste que crees agonizar entre lágrimas. O cuando, sin poder evitarlo, maldices el momento en que un hospital se convierte en el lugar mas triste de la tierra, porque aun está, pero cada día está menos como estuvo.
Duele cuando el día está tan gris. Y cuando brilla el sol, porque te gustaría compartirlo con él, con ella...
Duele querer bailar contigo en mi boda, y que no vaya a ocurrir. Duele querer besarte cada navidad, y no poder hacerlo. Duele saber que las fotos de mi graduación se van a quedar sin vosotros.

"Esperaremos al sol, que con un rayo de luz, tal vez nos pueda currar todo lo que nos duele". David Otero.

DmN.