Tengo miedo. Y esta vez, es muy real que no es por ti, es por mi.
Me han hecho creer que no soy suficiente. Que mis kilos de más siempre han sobrado entre dos.
Que siempre después de una frase preciosa llena de verdad va un 'pero'. Que todo es efímero y que hay que aprovechar el momento porque lo bonito nunca dura mucho.
Y estoy acojonada.
Me gustas, me gustas mucho más de lo que llegue a pensar hace dos semanas.
Me gustas porque veo en ti una luz que ilumina los rincones que siempre han sido oscuros.
Me gustas porque me miras con cariño y con pasión. Porque aceptas tratos si sabes que me hacen ilusión (pronto voy a hacerte una sesión de fotos de esas de las que luego miras y dices: ¡pues menudo pibón soy!). Porque me coges de la mano y porque aceptas y respetas la mia.
Y claro, me gustas tanto que vienen fantasmas e inseguridades que no sé cómo gestionar. Y que no están más que fundamentadas en lo que yo ya he vivido antes, y esto no tiene nada que ver con la realidad que vivo contigo, pero estoy asustada.
Quiero viajar, comer en restaurantes raros, en puestos de la calle, quiero ir a conciertos de bandas que no conozco pero que te erizan la piel, quiero bañarme en el mar, quiero verte jugar con tus miniaturas y quiero enseñarte a cocinar. Quiero hacer muchas cosas contigo, pero sobretodo, quiero que te quede conmigo porque quieras.
Y darte los buenos días con sueño cada día.
Y tengo una pregunta para ti...
¿Te quedas conmigo hoy y me ayudas a espantar todos esos miedos?
DmN.