domingo, 13 de noviembre de 2011

Felicidad transitoria o no (división).

Un cigarro. Conducir a una velocidad lo suficientemente idónea como para creer que cuando cogerás el desvío de la A-5 verás el mar. La música suena. Inunda cada rincón del coche. Tienes frío pero no te importa, porque el viento abofetea tu cara con tanta intensidad que no te importa nada más que disfrutar ese momento.
No hay semáforos. No hay nadie más en el coche. Estoy sola.
Siento que tenía que llegar este momento. Me acuerdo de ti, me acuerdo de estos tres últimos meses. Hago balance. Y me sale a devolver. Sonrío. No puedo hacer otra cosa más que sonreír.
Ahora es cuando enciendo el cigarro. Y aún con las cuatro ventanas bajadas, no se apaga.
He llegado a mi destino, no veo el mar, pero me llevo mucho más.



DmN.

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Acariciame el alma...